Una de las mejores noticias que podíamos tener.
1- Demuestra que la venta de preferentes a los clientes minoristas respondió al "interés propio" de la caja que lo situó por encima del de sus clientes. Conflicto de interés que, caso de darse, según la ley, la entidad financiera debe subordinar el propio al del cliente.
2- Conflicto de interés entre clientes: la entidad favorece a un cliente frente a otro. Está por ver si, además, las órdenes de venta que tenían por ejecutar no eran de clientes institucionales, inversores que sí sabían lo que compraban, etc.
3-Con esas órdenes internas se demuestra también que la iniciativa parte de la entidad, saltándose el principio básico que establece la ley: las entidades financieras NO pueden ofrecer a los clientes minoristas productos complejos.
Todo esto lo sabemos perfectamente todos. Que ha sido así, que han ocultado y tergiversado la información sobre el producto para convencer a los clientes y que cuando no han podido, como la veda estaba abierta, tampoco han dudado en colocarlas sin que el cliente lo supiera o falsificar su firma.
Ante un juez, la prueba documental tiene un peso incuestionable, mientras que la sospecha o el testimonio oral, que siempre será rebatido por la otra parte, es más contingente, depende más de las circunstancias, de las contradicciones en que pueda caer una u otra parte, etc.
Creo que ya se ha comentado en este foro y también se puede leer en artículos escritos por abogados o expertos en derecho, que resulta muy difícil demostrar la "mala fe", es decir, la intencionalidad en la comisión de este tipo de delitos. Con documentos como estos, tal vez no lo sea tanto.
Ahora se trata de tirar del hilo e ir atando cabos.
Saludos