Buenas noches.Respondo ahora porque llevo todo el día de mediciones y agrimensores y no he podido sacar un rato sereno hasta que he llegado a casa.Muchas gracias por su amable post, se intenta aportar lo que se puede con un mínimo de honrado auto-examen.Y sí, es cierto que estas últimas páginas incorporan algo de mar de fondo, en concreto con el universo del oro. Aun a riesgo de convertirme en otro "naufrago" más, voy a dar mi opinión.Para empezar diré que me considero metalero. No es algo reciente, en mi presentación a Rankia cuando me sumé allá por los inicios de 2014 ya lo dejé bien claro:https://www.rankia.com/foros/bolsa/temas/2106930-desterrados-economista?page=2Es al final del mensaje #9. Por favor sed benevolentes con el resto de mis mensajes si os da por leerlos, no me arrepiento de nada de lo que he escrito pero sí que me sonrío de algunas cosas que puse, que a dia de hoy expresaría de otras maneras...En lo que también concuerdo con Fernandojcg es que al oro hay que saber tratarlo. Antes de entrar hay que tener bien claro el camino de salida. A mi me gusta oir hablar a las personas mayores, sea cual sea su nivel académico las experiencias vividas son la mejor de las lecciones. Tanto en mi familia como en los distintos lugares donde pasé la infancia pude así oir muchas historias de la Guerra Civil y de la Postguerra. Así, entendí el valor del oro.Por ejemplo, el caso de alguien que vendió una finca cobrándola en dinero republicano, que pasó a ser papelitos de colores cuando ganó Franco. Hoy podía suceder algo similar si el BCE deprecia el euro, o hay una quita para pagar la deuda cuando el BCE deje de mantener la respiración asistida...Otro caso es el que pasó en los últimos tiempos de la guerra y los primeros años de postguerra, con tanta miseria y hambre. Parte de mi familia es de la zona interior de Castellón, gente de masía, y les llegaban muchos desde las capitales (especialmente de Madrid) de familias ricas,con muchas joyas y monedas valiosas para cambiarlas por un poco de comida. Y se tenían ir sin nada porque lo poco que había era para los de casa. El oro NO SE COME...Así que, en resumen, creo que hay que tener metales preciosos en el patrimonio. En los momentos álgidos de la crisis no nos van a salvar de nada, pero en la recuperación van a ser los cimientos de una mejor y más rápida properidad porque te van a permitir comprar saldos por doquier.Y ahora otra reflexión que en el 2014 no podía tener en cuenta puesto que no tenía ni idea de las criptomonedas.Las criptomonedas son apátridas, y llevan el gen de la traición desde su mismo nacimiento. Para mi está claro que es otro trilerismo más diseñado para ofrecer un refugio alternativo al oro. Si a alguien le faltan datos para convencerse lo tiene muy fácil y reciente: hace poco han autorizado en USA un etf sobre bitcoins, que casualidad que cuando faltan poco mas de dos meses para implementar Basilea III en Londres (aunque ya hay voces que dicen que los bancos que lo deseen podrán saltarselo a la torera).Y respecto a las monedas centrales digitales, pues ya es la última frontera en la intromisión de nuestra privacidad. No nos tocará otro remedio que volver al trueque, con los medios que sea...Bueno, hasta luego. Me manda el capitán a vigilar si viene algún iceberg...