En el año 2011 vivimos una situación similar a la actual con el precio del petróleo, incluso ese año la caída experimentada por el petróleo en fue más pronunciada. Una combinación de exceso de oferta y descenso de la demanda apuntan a que el actual retroceso en el precio del crudo podría ser el comienzo de algo más grave.
¿Por qué el petróleo podría registrar nuevas caídas?
Aunque parece que los precios del petróleo acaban de sufrir un desplome histórico, hace tres años acusaron un revés mayor si cabe: en agosto de 2011 el precio del petróleo bajó de 115 a 75 dólares por barril. Aunque la reciente caída todavía está muy fresca, existen motivos de preocupación en torno al futuro de esta materia prima.
Robin Webhé de The Boston Company, anticipa que hasta que no mejore la demanda de petróleo, el choque de oferta entre la
OPEP y la producción estadounidense de Shale Gas estará en primer plano, ya que la reciente volatilidad ha procedido de la controversia en torno a lo equilibrado o no del mercado petrolero.
Está claro que el crecimiento de la oferta en Estados Unidos ha superado a la demanda global y ha generado presiones a la baja. Ahora tenemos un exceso de oferta de crudo West Texas Intermediate (WTI) mientras el mundo trata de ajustarse a la mayor producción americana, lo cual ha reducido el diferencial entre el WTI y el Brent.
Según Webhé, la “nueva normalidad” se caracteriza por la
concentración de la inversión y del crecimiento petroleros en Norteamérica. Así, otras regiones productoras están perdiendo cuota de mercado, y las caídas subsiguientes están creando un
nuevo equilibrio en el mercado petrolero mundial.
En la semana finalizada el 10 de octubre, la producción de crudo estadounidense aumentó un 0,9% hasta los 8,95 millones de barriles diarios, su mayor nivel desde junio de 1985, según datos de la Administración de Información Energética (EIA). No obstante, que cambie el componente de oferta de la ecuación es poco probable, opina Webhé:
El ministro de petróleo de Arabia Saudí parece decidido a mantener la producción con objeto de evitar que el precio del crudo baje de los 80 dólares, mientras que otras regiones productoras, como Irán y Rusia, apenas logran captar capital a estos precios.
Vale la pena recordar la influencia de la postura de Arabia Saudí sobre el precio del petróleo: según sus cálculos, si el país recortara su producción en 1,5 millones diarios (tal como hizo el año 2009) el barril no tardaría en volver nuevamente a los 110 dólares. Por consiguiente, lo mejor es vigilar el riesgo de suceso extremo.
En Estados Unidos, el umbral de rentabilidad del petróleo de esquisto es de 70 a 80 dólares por barrilo;no obstante, para que la producción se vea afectada, los precios deberían alcanzar y mantenerse en esos niveles durante un tiempo.
Varios factores complican la respuesta de la
oferta de Shale Gas por parte de EEUU:
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Los descuentos de transporte para comercializar el petróleo se están evaporando al mejorar la infraestructura, lo cual contrarresta la señal de precio del abaratamiento del WTI.
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Las compañías energéticas ya han perforado una cantidad significativa de pozos que todavía tienen que ponerse en marcha, cuya inversión ya se ha sufragado en gran medida.
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Muchas empresas tienen grandes coberturas con precios alrededor de los 90 dólares por barril, que tardarán como mínimo 18 meses en vencer.
Al mismo tiempo, la demanda se ha mantenido plana durante tres años, y deberá mejorar para que se estabilicen los precios.
Los indicadores adelantados han sido mediocres, exponiendo más si cabe la debilidad de los precios del petróleo. No obstante, los indicadores económicos han subido desde niveles muy bajos y cabe esperar lecturas más positivas en adelante. Una vez estos datos sean capaces de volver a impresionar a los inversores, seremos testigos de una estabilización de los precios. Hasta entonces, continuará el impasse entre Estados Unidos y la OPEP, sin uno u otro bando dispuesto a desenfundar primero.
Esther Armstrong
BNY Mellon Investment Management