Por más increíble que parezca, las apuestas deportivas y la bolsa de valores comparten bastante en común. Para empezar, en ambos se cree que se puede predecir el futuro, y también caen en la trampa de tomar decisiones con el corazón y no con el cerebro. Y si esto fuera poco, en ambos está prohibido perder.
En lo que respecta a las diferencias, queda claro que las apuestas deportivas son mucho más divertidas, aunque también mucho más grande el riesgo en comparación a la bolsa de valores. En el largo plazo los inversionistas tienen una mejor oportunidad de ganar dinero con menos riesgo. Y es que las apuestas deportivas fueron creadas para la diversión de los usuarios y aficionados.
Esto quiere decir que la bolsa de valores es mucho más magnánima que los casinos de Las Vegas, pero tal vez no por mucho. Pero también es cierto que mucha gente ve el mundo de las finanzas como una apuesta, a lo que muchos especialistas responden que no es así.
El argumento está basado en una idea fundamental: las oportunidades de ganar dinero en la bolsa son mucho más grandes, o al menos más estables y constantes. Según los asesores en inversiones, en el largo plazo las ganancias pueden llegar a ser de 73%, y afirman que ningún casino en el mundo ofrece este tipo de números.
Pero también es un hecho que a los apostadores les importa poco este tipo de números, tan es así que en Estados Unidos la industria de las apuestas deportivas mueve más de $400 mil millones de dólares al año. A los fanáticos les encanta apostar a los logros que puedan conseguir sus atletas favoritos. Desde el fútbol americano, pasando por el baloncesto, y hasta llegar al béisbol, la pasión es tremenda. Por ejemplo para un apostador puede parecer seguro ponerle dinero a los Golden State Warriors en la NBA, son el equipo de moda y parecen ser invencibles. En definitiva, eso parece más seguro que ponerle dinero a la bolsa.
Las apuestas deportivas se hacen tomando en cuenta hechos, estadística, y ocasionalmente alguna corazonada, pero las ganancias están lejos de ser garantizadas. Pero por más que Golden State sea imparable con su famoso duo “The Splash Brothers”, el mundo de las apuestas es más complicado que el de la bolsa de valores.
En contraste, una empresa consolidada tiene pocas probabilidades de desplomarse de un día para otro y hacer perder todo el dinero a los accionistas e inversionistas. El mundo de las apuestas es de todo o nada, pero la recompensa es alta y puede ser mucho más satisfactoria que cualquier incremento en la bolsa. De aquí nace otra similitud entre las apuestas deportivas y la bolsa de valores, la adrenalina corre rápido y se puede perder el control de las emociones, un aspecto muy importante que cuidar para no perder la perspectiva de lo que se está haciendo.
Al final del día solamente podemos decir que estos dos mundos comparten muchas similitudes, y unas cuantas diferencias también. Y lo cierto es que para poder ganar en ambos se necesita saber jugar, conocer las reglas, y nunca perder la razón.